CONCLUSIONES DE LAS IV JORNADAS ORGANIZADAS POR LA COMISIÓN DEONTOLÓGICA:
ÉTICA DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS.
«Morir más tarde o más temprano es indiferente, bien o mal morir no lo es». Séneca
Los Cuidados Paliativos aparecen y se desarrollan en Europa a partir de los años 80 como un intento de conciliar valores: el valor de la vida y el valor de la calidad de vida.
Cuando hablamos de valores estamos hablando de conceptos claves como son la dignidad humana y la autonomía de paciente.
Desde el punto de vista ético, el objetivo prioritario es salvaguardar a ultranza la calidad de vida, aliviando el sufrimiento.
Cumplir con el principio de no maleficencia: permitir el sufrimiento del paciente por miedo a adelantar la muerte.
Principio de doble efecto, el efecto deseado es el alivio del sufrimiento pero esto tiene un efecto indeseado que es la privación de la conciencia, el efecto no deseado es la muerte, pero ésta de todos modos se va a producir, aunque sea el no deseado.
En la sedación debe de existir una indicación clara y contrastada, los fármacos utilizados y las dosis, se ajustan a la respuesta del paciente frente al sufrimiento que genera el síntoma, lo cual implica la evaluación de dicho proceso, tanto desde el punto de vista de la indicación, como del tratamiento.
La diferencia entre sedación terminal y eutanasia radica en la intencionalidad, mientras que en la sedación los fármacos se prescriben con la intención de aliviar el sufrimiento del paciente, ante determinados síntomas, en la eutanasia el objetivo es provocar la muerte del paciente para liberarle de sus sufrimientos. Cuando la sedación es profunda la vida consciente se pierde. La eutanasia elimina la vida física. En la sedación el parámetro respuesta (de éxito) es el alivio del sufrimiento que debe ser contrastado mediante un sistema evolutivo, en la eutanasia el parámetro respuesta (de éxito) es la muerte. Ambos procesos requieren el consentimiento del paciente.
La exposición del programa de la Junta de Castilla y León “Cansancio del cuidador” tiene como objetivo definir el perfil del cuidador principal, los factores de riesgo así como la sobrecarga física y emocional del mismo, para ello la Junta cuenta con la Red centinela médicos y enfermeras de Atención Primaria que son los encargados de recoger los datos para describir en este caso las características y la situación socio-familiar, los problemas de salud y la sobrecarga del cuidador principal.
En cuanto al coloquio que tuvo lugar tras la proyección de la película Philadelphia, quedó clara la importancia de la autonomía del paciente a la hora de decidir sobre el proceso de su enfermedad, así como la importancia de una buena comunicación por parte de los sanitarios, también pudimos constatar la importancia del apoyo familiar en la toma de decisiones durante todo el proceso.
Fdo. Bella Rodríguez Rodríguez. Enfermera, Vocal de la Comisión Deontológica de Ávila